La Ecología y el Naturismo se han puesto de moda… tan exageradamente de moda, que ahora hay personas que (a veces) parecen sentirse más «naturales» que la Naturaleza misma.
Es importante –en estos tiempos de Humanismo desbocado– no caer en la tan común vanidad de creer que el Hombre puede enmendarle la plana a la Naturaleza.
Creemos que ya es tiempo de que el Hombre moderno –tan envanecido con su aparente poder y conocimiento– deje de dárselas de Dios, glorificando su insensata conducta (tanto en el extremo de destruir como en el de sentirse el salvador del mundo), y baje la cabeza reconociendo la perfección del Orden Universal y la eterna autoridad de Aquél que lo creó.
Si queremos realmente ser «naturales», debemos comenzar por recordar que, en la Naturaleza (la real, no la de literatura barata), absolutamente todo está sujeto a Leyes y Jerarquías y, mientras el Hombre no las acepte plenamente, seguirá sembrando el Caos… que es lo opuesto al Orden.
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