Si queremos comprender mejor la situación, deberíamos comenzar por visualizar la Sociedad Humana como una gran Pirámide Cultural en la cual la altura de ubicación de una persona reflejaría su Nivel Cultural, existiendo —como es lógico— más personas de bajo nivel (cerca de la base) que de gran cultura (cerca de la cúspide).
Para aclarar más las cosas, podríamos imaginar un plano horizontal que cortase la pirámide a cierta altura, representando el Plano Cultural aceptable en dicha sociedad, esto es, el nivel de conocimientos y criterios que debe tener una persona para ser considerada “culta”.
Antiguamente, quienes estaban por encima del Plano Cultural se esforzaban por mantenerlo tan alto como les fuese posible (incluso, por elevarlo aún más), mientras que quienes se hallaban por debajo luchaban por escalar hasta situarse por encima del mismo.
El resultado de esta situación era que el Nivel Cultural iba gradualmente elevándose y que aún en los estratos bajos de la Pirámide se valoraba la cultura, la buena educación y el respeto a los valores auténticos.
Los modernos criterios de “igualdad en todo” han alterado totalmente ese equilibrio cultural...
Se ha lanzado la idea de que “Todo Arte es popular”, esto es, que el Arte viene del pueblo y debe ser aceptado como venga.
Esto es una total distorsión del criterio griego antes mencionado, que postulaba que el Arte era para el pueblo, dado que la verdadera función del Arte es el educar al pueblo.
Bajo pretexto de “eliminar situaciones elitistas” y ¡socializar la Cultura!”, los defensores del Arte Social han bajado el Plano Cultural hasta tan cerca de la base de la Pirámide como les fue posible, mientras rechazaban verdaderas Obras de Arte debido a que el contenido no encajaba en su visión política.
Resultados Del Error
El resultado, por desgracia, no se hizo esperar...
Las clases bajas ya no se esforzaban en elevar su Nivel Cultural, sino que, a lo más, luchaban por bajar aún más el Plano Cultural para ser aceptados.
Por su parte, quienes habían escalado hasta las cumbres de la Pirámide Cultural se hallaban virtualmente incomunicados (dada la creciente ignorancia del medio), viéndose muchas veces forzados a bajar su nivel cultural (y su mismo vocabulario) si querían ser comprendidos por los demás...
Con esto, la Pirámide Cultural comenzó a derrumbarse desde la cúspide hasta llegar al calamitoso estado en que ahora se encuentra.
No se crea que exageramos... si algo, nos quedamos muy cortos.
Véase —sin ir más lejos— el tan pobre vocabulario que hoy en día ostentamos. Nuestros abuelos, tenían cedros, abetos, sicomoros... nuestros hijos sólo tienen árboles.
Lo que hace unos diez o veinte años era un Nivel Cultural apenas aceptable, pasa actualmente por una vasta y asombrosa cultura.
Y, desgraciadamente, muy poco —o nada— se hace para recuperar los auténticos valores y elevar nuestro Nivel Cultural.
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