A continuación, incluyo copia de las Cartas enviadas por dos de mis Esposas a una tal Amparo quien, insultándome, terminó llamándolas “pobres borreguitas sojuzgadas”... se ve que no conocía el geniecito que mis Señoras se gastan para pararle el carro a las atrevidas impertinentes que se atreven a insultarlas gratuitamente.
Es interesante notar que esta mujer tan prejuiciada es, supuestamente, toda una “Psicóloga” (?):
Amparo:
Encuentro realmente chocante que muchas, como tú, se metan a hablar “por nosotras”, supuestamente para “rescatarnos del yugo”... ¿Crees que soy una tarada o incapaz de decidir por mi misma?
¡Si nosotras te importásemos tanto como te esfuerzas en aparentar, creo que, al menos deberías respetarnos como personas! Porque no sólo ofendes a nuestro esposo, hablando sin razón ni conocimiento de causa, sino también a nosotras.
Al menos yo, que no soy ninguna borrega, me doy por ofendida. ¡Y conste que tú comenzaste!
Gaby de Badani
Amparo:
Contesto aquí a las inquietudes que (poco amablemente) le presentaste a mi esposo...
Es muy común que hoy en día se considere tonta a la mujer que sigue a un hombre. Pero ...¿es tonto seguir al hombre que admiras, respetas y amas? ...¿o lo tonto es perderlo?
Es muy común pensar que, por hacerlo, se debe ser una “borreguita descriteriada”, sin capacidad ni personalidad, pero yo pienso distinto... ya que, dado que hoy en día en que la mayoría de mujeres piensan que es denigrante para una el seguir a un hombre y vivir de acuerdo a las viejas tradiciones, ¿acaso no resulta extraordinaria cualquier persona que se salga de la conducta de las masas?, y, con seguridad, tal persona debe tener muchísima personalidad y voluntad para decidir ir en contra de la corriente, y no simplemente seguir las tendencias actuales como una verdaderamente estúpida borrega, sin cuestionarse si realmente eso es lo mejor para sí misma.
De hecho, pienso que cualquiera que nos conozca a nosotras se sorprenderá de ver que estas “sumisas mujeres”, tienen una personalidad muy fuerte y que eso justamente surge del hecho de que nos esforzamos por ser verdaderas Mujeres.
Personalmente, considero que el ser sumisa, admirar, respetar y seguir al hombre que amo, no disminuye, sino que realza mi condición de Mujer y por el contrario, sería denigrante para mí, como Mujer que soy, poner como meta principal de mi vida otras cosas y actitudes. Léase, no es que yo sea una incapaz o no pueda hacer muchas cosas que hacen las mujeres modernas (sin ir más lejos, todas somos profesionales), ni que no pueda ser autosuficiente... es que no debo (me convertiría en una ridícula caricatura de hombre), ni quiero (estaría absolutamente sola en mi in-dependencia). Es decir, que lo que nosotras (seis) hemos hecho, es una elección racional y consciente.
Yo creo, como dice el viejo dicho, que “todo depende del color del cristal con que se mira” y, en ese sentido, pienso que el Feminismo ha puesto a la mujer a mirar por un cristal que la perjudica tontamente, haciéndola despreciar lo más valioso que tiene por el mismo hecho de ser Mujer.
Por ejemplo, el Feminismo dice que durante muchos siglos de Machismo, el Hombre ha usado a la Mujer como objeto sexual (dada la desnudez de los cuerpos femeninos)... Yo veo en esto todo lo contrario: que los varones, a lo largo de la Historia, han buscado belleza para elevar el espíritu humano a través del arte y no han encontrado mejor musa inspiradora y manifestación de la belleza que nuestro cuerpo de Mujer, lo cual pienso que es un halago y no una ofensa.
A lo que era protección, las Feministas lo han considerado menosprecio hacia nosotras por parte de los hombres. Y ellas pretenden que hombres y mujeres seamos iguales, cuando la Naturaleza nos hizo distintos y esa distinción es lo que nos hace complementarios y nos permite unirnos (como la llave y la cerradura). Y así pasa con muchas de las perspectivas feministas, las cuales considero absurdas, por decir lo menos.
Por eso, yo elegí lo que elegí (no hay que olvidar que yo también, como todas las mujeres hoy en día, provengo de una actualidad feminista y, por lo tanto, he podido elegir entre ambas realidades). Si alguien —cegada por su agresividad, como tú lo estás— no lo puede comprender, menos aún va poder juzgar si es tonto... o genial.
Creo que para entenderlo... ¡hay que vivirlo!.
Mercedes de Badani
Nota Final:
Para los maleducados e impertinentes que insisten en que mis señoras “no son esposas, sino concubinas”, me permito informarles que nos hallamos casados por los Ritos de nuestra Religión, que es lo que cuenta para nosotros... y para Dios. Los aspectos jurídicos (excepto el lamentar no poder casarme legalmente con la seis) y económico-sociales del asunto, nos tienen sin cuidado, pues no vemos el Matrimonio como una “sociedad” o “negocio” (que parece ser lo usual hoy en día), sino como una Unión ante Dios.
Por lo demás, para contestar a la tan reiterativa pregunta de “¿...pero por que seis?”, me limitare a responder que es nuestra vida y nuestra decisión. Que otros tengan una capacidad de amar limitada por sus creencias (algunos pocos y sinceros casos) o sus frustraciones (la gran mayoría de los que así escriben)... es problema de ellos y no nuestro.
Personalmente considero que lo más lamentable en todo esto es que con la débil excusa de que “me ofende como vive esa (otra) persona” se han cometido las peores atrocidades y persecuciones a todo lo largo de la Historia, desde los Calabozos de la Inquisición (que aun parece seguir viva) hasta los Crematorios Nazis. Creo que con esto queda muy en claro mi opinión al respecto de estos Fariseos “ofendidos”.
Y, con esto, dejo el asunto en definitiva, no sin antes sugerir a nuestros gratuitos acusadores que comiencen por ver sus propias vidas antes de tirar la primera piedra...
Ricardo A. Badani
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