miércoles, 25 de septiembre de 2013

La entrevista con Susana Jimenez


     De todas las entrevistas internacionales que hemos tenido, la experiencia que nos ha dejado más y mejores recuerdos es, sin lugar a dudas, la ocasión en que fuimos entrevistados por la afamada conductora argentina Susana Jimenez.
     Era febrero de 1997 y, si bien la fiebre posterior a nuestra llegada a Perú luego de la escandalosa deportación de que fuimos objeto por parte del Gobierno Chileno (en abril de 1996), ya había decrecido un poco, todavía resultábamos objeto de gran interés por parte de los Medios tanto nacionales como internacionales.
     La producción del programa de Televisión «¡Hola Susana!», que conducía Susana Jiménez en aquél entonces, se puso en contacto con  nosotros y en poco tiempo ya habían organizado nuestro viaje a la capital Argentina.
     Si bien no solicitamos ningún tipo de remuneración a cambio, sí les pedimos que asumieran todos los gastos de nuestro viaje, estadía y viáticos y además les pedimos un día entero para nosotros, para poder pasear a nuestro gusto por la ciudad y comprar algunos recuerdos.
     Cuando estábamos rumbo al Set de televisión, nos cruzamos momentáneamente con Susana quién, interrumpiendo amablemente una conversación con su Productor, se acercó a saludarnos afectuosamente y a preguntarnos —con evidente interés— sobre nuestro viaje, si estábamos bien y si necesitábamos algo.
     Durante la entrevista también demostró ser una gran persona, con preguntas alturadas y constantes muestras de cortesía y todos guardamos un grato recuerdo de ese momento.
     Finalmente, cuando se produjo el corte para comerciales y se dio por concluida la entrevista, su equipo de Producción ya estaba esperándonos para conducirnos de vuelta al hotel, pero nosotros, que habíamos estado conversando de que nos hubiera gustado tomarnos una foto con ella, dudamos unos instantes en seguirlos fuera del Set, detalle que no pasó desapercibido para Susana, que se acercó prestamente a preguntarnos si necesitábamos algo más... Definitivamente, la simpatía que ella desborda no se limita a las cámaras de televisión, ya que Susana, haciendo oídos sordos de su personal que la apremiaba, dado que estaban a punto de salir de comerciales, se dio el tiempo necesario para cumplir nuestro deseo.
     Justo antes de partir, nos dijeron que del Programa «Videomatch» que se estaba filmando en esos momentos en otro Set, querían entablar comunicación vía micrófonos con Ricardo… El conductor del programa —de corte bastante más ligero—, si bien con su toque humorístico, también supo guardar con nosotros las cortesías del caso y fue muy cómico cuando Marcelo Tinelli, impresionado ante las respuestas de Ricardo le dijo ¡¡Ché, Badani, si vos sos más grande que Maradona!!, lo cual, viniendo de un Argentino, era definitivamente el mayor elogio que le podía rendir.
     Volvimos todos muy alegres a descansar al hotel y por la noche salimos a comer el famoso Chivito a la parrilla en la calle Lavalle. En esos momentos corroboramos que definitivamente, el programa de Susana tenía un gran nivel de sintonía, ya que, a pesar de haber aparecido hacía tan sólo unas pocas horas y durante tan pocos minutos en el Programa, la gente nos reconocía fácilmente en las calles y nos brindaban sus cariñosos saludos, incluso —cosa curiosa por lo coincidente—,  más de un Argentino le gritó a Ricardo ¡Badani! ¡Bendito sos entre todas las mujeres!.
  
     A la mañana siguiente nos levantamos muy emocionados ya que íbamos a dedicar el día entero a pasear por las calles bonaerenses y por la noche —como broche de oro para nuestro viaje— teníamos pensado ir a un espectáculo gratuito de Tango en un Teatro que habíamos descubierto la noche anterior de camino al hotel, luego de disfrutar nuestra deliciosa cena.
     Oh desilusión.

     En cuanto bajamos a desayunar fuimos abordados por el Productor de Susana en persona —quien nos había estado esperando desde muy temprano— que nos dijo que habían recibido infinidad de llamados solicitando que volviéramos a presentarnos en el programa, ya que la gente pensaba que no había habido el tiempo suficiente para resolver todas las inquietudes y que tenían mucho interés de escucharnos hablar a nosotras también.
     Habían sido tan amables con nosotros que aceptamos, aunque un tanto apenados, ya que el programa se filmaba al mismo tiempo que el show de tango que queríamos ver, pero nos quedaba el consuelo de que siquiera podríamos recorrer un poco las calles, tal como habíamos planeado, hasta que fuera la hora del programa.

     Nueva desilusión, ya que el productor, luego de despedirse amablemente de nosotros, dio órdenes estrictas a su gente para que nos llevaran a cuanto lugar quisiéramos en la camioneta del canal y que no nos dejaran solos por ningún motivo, ya que temía que algún otro canal quisiera aprovechar de entrevistarnos también...

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