domingo, 20 de octubre de 2013

Obscenidad

     
La definición de obscenidad  difiere entre las diversas culturas; entre las distintas comunidades dentro de la misma cultura; e incluso, entre los individuos de esas mismas comunidades.



Entonces... ¿Qué es, en concreto, lo que llamamos Obsceno?

     Se define la obscenidad como lo que hace referencia al sexo de un modo malicioso o grosero. Esta definición de obscenidad corresponde a una transformación de su uso, ya que la palabra procede del latín y significaba, originariamente, "lo que está fuera de escena" (es decir, fuera de lugar), o sea, lo socialmente incorrecto.
 
     Sin embargo, la definición tiene el mérito de enseñarnos que no es obsceno el referirse al sexo, ya sea de palabra, por escrito o en imagen, sino el hacerlo de una manera maliciosa o grosera.
 
     Bien es cierto que la malicia y la grosería siempre deberían considerarse como incorrecciones sociales, pero mucha gente toma el rábano por las hojas y tiende a confundir la obscenidad con la simple mención de la sexualidad o, ya en el colmo de la confusión mental, con la sexualidad misma.
Las diversas culturas han producido leyes que definen lo que es considerado obsceno para ellas. La censura se usa, a menudo, para intentar suprimir o controlar los materiales que resultan "obscenos" según esas definiciones.

     Los usos sociales no sólo varían según las épocas, sino –incluso– según el grupo social y cultural que se considere.

     Por esto, es sumamente importante tomar siempre en cuenta que la apreciación del grado de malicia o grosería es algo sumamente variable, que depende de múltiples factores.

     Por consiguiente, la obscenidad no es una cualidad propia de las cosas, sino un juicio muy subjetivo de quienes las ven, oyen y juzgan.

     De todos modos, salta a la vista que dicho juicio no es una opinión como las demás, como la que pueda emitirse –por ejemplo– acerca de las cualidades de un vino. Cuando se juzga obscena una cosa, tal apreciación suele ir acompañada de una fuerte reacción emocional, llamada indignación.

     Tal indignación puede presentar síntomas como congestión de las facciones, voz ronca, respiración dificultosa entorpeciendo la pronunciación y puños fuertemente apretados.

     Esta reacción a veces culmina en un acto de agresión contra la cosa obscena o la persona que haya cometido una obscenidad.
 

Debido a que el concepto de obscenidad está a menudo mal definido, puede ser usado como herramienta política para restringir la libertad de expresión. Así, la definición de obscenidad puede ser un tema que afecte a los derechos fundamentales de la persona.


     Por otra parte, es bien sabido que hay personas particularmente sensibles (o traumadas), que descubren obscenidad en objetos, libros, imágenes y comportamientos que para otros no presentan nada de particular.

     La reacción agresiva frente a un estímulo de tipo sexual, nos revela –concretamente– que las personas que actúan así sufren de un complejo sadomasoquista, que satisfacen atacando con furia aquellos estímulos sexuales a los que en realidad temen.

     No sólo sufren, sino que, además, buscan (y siempre encuentran) continuas oportunidades para seguir "sufriendo" la intolerable ofensa que –según ellos– les representa la obscenidad y, en lugar de encontrar la descarga nerviosa en un orgasmo, la buscan en un acto violento.

     Esta analogía es particularmente clara en el caso de los "indignados" que arrojan tinta sobre el objeto obsceno, o rasgan en dos la publicación obscena, o le prenden fuego; en todos esos actos podemos contemplar otros tantos sustitutivos simbólicos del coito con violencia.


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