¿Quién los asignó como tales...?
La versión “oficial” es que ellos son la gente que quiere “protegerlo” a usted —y, por supuesto, a “los niños” (su excusa más conveniente)— de todo lo sucio y malo. Pero... ¿quién decide qué es “lo sucio y malo”? ¡Todo el asunto es pura intolerancia!
En el libro “Camino”, escrito por el Obispo Católico Escrivá de Balaguer (y dividido en versículos para que los memoricen sus secuaces), el sanguinario fundador de la muy intolerante (y muy poderosa) Organización “Opus Dei”, leemos:
“El plano de santidad que nos pide el Señor está determinado por estos tres puntos: La santa intransigencia, la santa coacción y la santa desvergüenza.” (Camino, versículo 387).
Para ponerlo clara y crudamente (no una cita, sino nuestra traducción de lo que ellos dicen): “No aceptes a aquéllos que piensan distinto de ti (intolerancia), retuerce sus brazos para hacerlos hacer lo que tú quieres (coacción)... ¡y no te sientas mal por ello (desvergüenza)!”
Así de malo... ¡y va en serio! Va tan en serio que, por si alguien no entiende su punto de “santa” coacción, un poco más allá encontramos, literalmente:
“Si, por salvar una vida terrena, con aplauso de todos empleamos la fuerza para evitar que un hombre se suicide... ¿no vamos a poder emplear la misma coacción —la santa coacción— para salvar la Vida (con mayúscula) de muchos que se obstinan en suicidar idiotamente su alma?” (Camino, versículo 387).
Aquí —tan desvergonzadamente como recomiendan— tenemos una muy clara explicación de la mecánica de la Censura: Cómo los “santos y correctos” supuestamente son los únicos que distinguen el bien del mal, ellos deben “protegernos” de nuestras idiotas y pecaminosas tendencias. Por supuesto, la consecuencia “lógica” de tal modo de pensar es que ellos deben gobernar el Mundo para que toda la Humanidad sea “buena” y, a menos que los paremos en seco... ¡eso es exactamente lo que intentan hacer!
Wilhelm Reich vio esto muy claramente, ya que escribe:
“Los Moralistas nunca entenderán, no importa lo objetivo de nuestros argumentos, que la miseria sexual es uno de los frutos que brota de la moral coactiva que predican.”
Esto es tan cierto... Usted sólo tiene que leer un poco de Historia (o simplemente mirar alrededor suyo) para verificarlo.
Es tiempo de que todos nosotros despertemos al peligro de los Censores que amenaza no sólo la Internet, sino nuestra vida diaria. En vez de esquivarlos, luchemos contra ellos, defendiendo lo que creemos y mostrándolos como lo que realmente son (cobardes ponzoñosos) frente a todo el mundo. No permita que los Censores en su vecindario confundan a aquéllos que no se han dado cuenta de lo solapados que son o, demasiado pronto, se encontrará enfrentando a sus propios amigos y parientes que intentarán “rescatarlo”, puesto que el arma favorita de los Censores es atacarlo a usted a través del confundir a aquéllos que usted más ama.
De modo que, la próxima vez que alguien pinte como maravilloso el cuento chino de la Censura y comience a criticarlo a usted y su estilo de vida (o el de cualquier otra persona), diciendo que “debería ser prohibido”, no se achique... ¡CONTESTE! Enfrente sus palabras con las de usted, pregunte directamente cuál es el límite y cuánta Censura necesitamos y por qué... sobre todo, pregúnteles crudamente dónde encaja la Libertad en sus razonamientos (respuesta: NO encaja). Pronto los tendrá desenmascarados en frente de aquéllos cuyo apoyo buscaban ganar.
¡Despierte!
¡Conteste!
¡LUCHE por su propia Libertad!
¡Conteste!
¡LUCHE por su propia Libertad!
... ¡y hágalo AHORA!
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