martes, 4 de junio de 2013

Sobre el Respeto

       Demasiado a menudo oímos a la gente repitiendo: “El respeto va en ambos sentidos” ...
 
       En mi opinión, el Respeto no va “en ambos sentidos”, simplemente porque no puede ser mutuo.
 
       Antes de quemarme en la hoguera, permítanme explicar:
 
       Hasta donde yo lo entiendo, el respeto implica el reconocer una cierta superioridad que, implícitamente, nos hace hacer caso de lo que esa persona (o ideal) implica.
 
       Una relación basada en el respeto siempre tendrá un superior jerárquico y un inferior.
 
       Cuando yo digo esto, usualmente recibo la estereotipada réplica: “¿No se supone que nos respetemos los unos a los otros?” 

Yo digo que no. Lo que nosotros debemos respetar es la Libertad de cada uno, dado que la Libertad es un Ideal que está, muy definitivamente, por encima cualquier individuo.
        Así, yo respeto los Derechos y Libertad de Opinión de las demás personas... aun cuando no pueda respetar a esas personas o sus opiniones (como en el caso de aquéllos a quienes les encantaría vernos a todos etiquetados como pervertidos y eliminados).
 
       Por tanto, mis mujeres me respetan, pero yo no las “respeto”... yo las considero, al ser la Consideración la virtud complementaria del Respeto.
 
Mujer arrodillada ante el hombre reconociendo su Autoridad.       Pero la estructura jerárquica es clara: Yo soy la autoridad por encima de ellas y ellas se someten a mi autoridad que les proporciona la seguridad y protección que la mujer requiere para su pleno desarrollo y florecimiento (esto es Respeto); por otro lado, esto pone sobre mis hombros la plena responsabilidad de cuidar de ellas y anteponer sus necesidades a las mías propias (esto es Consideración).
 
 
       Y, hablando de Autoridad, creo que se necesita alguna aclaración adicional... dado que incluso algunas mujeres que se consideran “respetuosas” de su marido pueden haberse visto una pizca confundidas por el constante machacar de la propaganda feminista sobre la “igualdad” y el “auto-respeto” que se derrama desde cada periódico, revista y programa de televisión.
 
 
       Es una muy usual excusa de esposa “moderna” el decir algo como: “Yo respeto y obedezco mi esposo... mientras él tenga la razón (o sea racional... o justo... o lo que sea).”
 
       Esto no es más que una mentira glorificada. ¿Por qué...? Analicémoslo un poco:
 
       Si la mujer que dice esto hace lo que su esposo dijo, ella entonces lo hizo “porque ella pensaba que era lo correcto”, es decir, porque ella quiso. Por otra parte, si ella no lo considera correcto ella simplemente no lo hará.
 
       De modo que, de un modo u otro, ella no está respetando —ni, mucho menos, obedeciendo— a su esposo... ella está simplemente haciendo lo que ella quiere y teniendo el cinismo de echar la responsabilidad sobre su esposo (y el mérito sobre sí misma).
 
       Si esto es así para una esposa común... lo es con más motivo para la mujer religiosa que, al casarse por su Religión (y esto se aplica a todas las grandes Religiones), hizo votos ante Dios de “pertenecer y obedecer” de por vida.
 
Esto es algo en lo que vale la pena pensar...
 

 

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