[Compromiso (1 / 5) • Qué es un Compromiso]
[Compromiso (2 / 5) • La Palabra]
[Compromiso (3 / 5) • El Honor]
[Compromiso (4 / 5) • Las Reglas]
Tal vez todo lo aquí planteado se le haga demasiado duro o exagerado, pero deténgase a pensarlo por unos momentos...
Imagínese lo que sería un mundo en que la gente tuviera Honor y cumpliera siempre su Palabra; una Sociedad en que cada persona cumpliera sus Deberes independientemente de lo que hicieran los demás; una Humanidad que pusiera el “yo debo” por encima del “yo quiero”. Claro, habrían —como siempre— algunas personas sin honra, que engañarían, pero pronto quedarían en evidencia —al hallarse en un medio basado en el Honor— y no les quedaría más que cambiar o retirarse por sí mismas.
¿Le parece una utopía...? Si lo vemos a nivel mundial, estamos de acuerdo; pero al nivel de su propia casa, de su propia familia... es perfectamente factible. En una familia promedio, Ud. representa entre el 25% y el 50% de la “población”, con lo que su cambio sería siempre significativo y tendría efecto sobre los demás.
¿Quiere que los demás cambien...? Comience por cambiar Ud. (o no tendrá jamás la autoridad moral para juzgar a nadie, ni siquiera a sus propios hijos). Comience por cumplir sus Compromisos en forma adecuada, no a regañadientes, sino con el orgullo de cumplir lo asumido, pues ello es motivo de honra. Aún si ahora se lamenta del Compromiso asumido, llévelo con Honor (y deje de lamentarse, pues con eso sólo dificulta el cumplimiento de sus obligaciones) y emprenda cada nuevo día con el ánimo en alto, esforzándose por hacer más llevadera la vida de lo suyos. Con eso —con sólo eso— su propia vida se hará más llevadera.
Pero aquí no basta con tener “buenas intenciones”... hay que ponerlas en práctica. Y tampoco basta con “haberlo intentado” (léase: haberlo hecho alguna vez y a desgano)... hay que tener —y mantener— una forma de actuar que sea consistente y duradera y que vaya acompañada de la actitud (positiva) correspondiente.
¿Qué no es fácil...? Tal vez; pero si Ud. pudiera meterle a la persona culpable de todos sus problemas la patada en el trasero que se merece... Ud. no podría sentarse en un mes. Porque quien dificulta las cosas no es otra persona que Ud. Sólo de Ud. depende el refunfuñar y lamentarse hasta perder el poco ánimo que tenía para enmendar las cosas o, al contrario, darse el impulso que necesita para cambiarlas.
Aunque las cosas le parezcan imposibles o inalcanzables... ¡inténtelas! ¡Vale la pena! Como dice la Canción del Quijote (“El Sueño Imposible”):
“Y el Mundo será mejor por esto:
porque un hombre ridiculizado y cubierto de cicatrices
aún intentó, con su última onza de coraje,
alcanzar la estrella inalcanzable.”
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